El fallecimiento del artista barcelonés Antoni Tàpies el 6 de febrero del 2012 ha marcado un hito. No gozaría del estatus legendario como Picasso, Dalí o Miró, pero durante días tras su muerte miles de personas y periodistas han pasado por la Fundación Antoni Tàpies para presentarle sus respetos a quien fue uno de los más famosos y polémicos artistas de Europa.
En el 2003 Tàpies se hizo con el premio Velázquez, la distinción más prestigiosa en el mundo del arte español y para muchos fue el mejor artista español de la segunda mitad del siglo XX. Aún es temprano para valorar su legado, pero parece ser un buen momento para preguntarse, porque un artista tan enigmático fue tan popular.
Un enfoque poco convencional
La comparación con otros artistas no responde a la pregunta. La obra de Tàpies se caracteriza por superficies laceradas, gamas de tonos marrones y grises y motivos desencajados. Cuando Picasso amorfa y simplifica y Miró disfrutaba jugando con la creatividad, un artista como Tàpies destruía. Predicaba una manera de crear arte que describía como ‘pintura matérica’, aplicando una rebeldía catalana y una feroz inteligencia. De hecho, esta técnica rompía el arte de la pintura por completo.
Tàpies barnizaba un lienzo y lo cubría con materiales como polvo de mármol o arena. Luego rascaba figuras y texturas en la superficie junto a las fisuras y grietas que aparecían casi por sí mismas. Muy influenciado por los desarrollos científicos en la edad nuclear, el artista cuestionaba la idea sobre la sustancia – en vez de usar materiales para representar una idea, el material en sí se conviertía en el tema central.
Pero este tipo de arte no es para las personas sensibles o las que se ofenden fácilmente. Tàpies adquirió notoriedad por centrarse en temas desagradables como un ano defecando, un viejo calcetín o un viejo zapato.
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La exposición actual
Para valorar el legado del artista por ti mismo, visita la Fundación Antoni Tàpies en el Carrer de Aragó. Se encuentra en una renovada editorial modernista, aquí se estudia el arte moderno y es tanto un lugar de exposición para otros artistas como también para las obras de Tàpies. En este momento se muestra “Antoni Tàpies. The Collection #2” que expone una selección de sus mejores obras. Durante el paseo por esta exposición notarás la complejidad de su legado.
Desde sus experimentos con el surrealismo a sus pinturas más icónicas, la obra de Tàpies está llena de dramatismo y es rigurosamente fascinante. Dicho esto, te parecerá difícil describir lo que estás viendo. La escultura de una silla de madera demuestra su estilo de manera extrema pero la obra completa que nos deja en 70 años lo compensa enormemente.
Un firme compromiso político impregna la producción de Tàpies’ sobre todo. Un gran ejemplo en la exposición actual es la exquisita serie ‘Natural History’ – una excepcional colección de 30 pinturas en tinta china del año 1950 donde se funden formas humanas, animales y de plantas en imágenes claramente políticas. Su implicación con el movimiento de artistas clandestinos en la época de Franco, marcan sus subversivas credenciales, igual que Barcelona en sí y forman una parte crucial de su identidad.
El Gran Nus, “gran nudo”, domina una pared de la exposición y fácilmente es la obra más evidente en la sala. Con su rechazo a distinguir entre la naturaleza y la cultura, verás números y cruces junto a formas abstractas y te darás cuenta que la obra de Tàpies’ trata sobre la creatividad en sí. Esta puede ser la razón por la que muchos barceloneses lamentan su pérdida.